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Medalla Guillermo Prieto

La Medalla Guillermo Prieto es un reconocimiento que la Universidad Xilotzingo entrega anualmente a destacadas personas por su labor y obra humanística.

Se entrega desde el año 2013 y la primera Personalidad en recibirla fue el Mtro. Sergio Berlioz, como recordamos en el siguiente texto:

La Universidad Xilotzingo inicia su vigésimo año como todo lo que es importante en la vida: cambiando constantemente, luchando constantemente. Lo mismo en las labores cotidianas de la docencia que en el contacto directo con la sociedad, ofreciendo a la sociedad a través de más de cien convenios de colaboración, el servicio y práctica profesional de sus alumnos y docentes en todas las áreas que en Xilotzingo se estudian, en Puebla y otros estados del país. Así también, en el contacto social, que responsablemente, pero sobre todo, genuinamente, la Universidad tiene con la sociedad a través de las actividades de difusión del arte y la cultura.

 

Las décadas pesan más, y el culminar ya la segunda nos planteó la necesidad de convertirnos en una de esas pocas organizaciones que reconocen a quienes más aportan a la sociedad y sin embargo, son los que menos acceso tienen a los medios masivos de comunicación. Es así como surge la idea de una presea tan importante como cumplir veinte años, tan necesaria como pensarla anual, porque a los que mucho nos dan, mucho debiéramos retribuirles. Tomó forma de medalla porque en tiempos de la virtualidad queremos honrar también la virtuosidad manual, el ingenio humano que por muchos siglos, sin necesidad de electricidad, ha sabido plasmar en metal, sólido y duradero, el símbolo de lo que más vale.

 

La medalla Guillermo Prieto es entregada por primera vez buscando reconocer en dos personas, Guillermo Prieto y Sergio Berlioz, los valores que han sostenido a la institución educativa otorgante. En uno y otro encontramos una historia de estudio permanente, de trabajo, dedicación y sobre todo, producción. Guillermo Prieto es un mexicano relevante desde el hecho mismo de que México y los mexicanos del Siglo XXI no seríamos los mismos y tal vez ni siquiera seríamos mexicanos, sin el nacionalismo bien entendido de personajes como Prieto. El Siglo XIX vió nacer a este país, y quienes lo vivieron entendiendo la importancia del momento, lucharon por definirlo, por no olvidar y sobre todo respetar nuestros orígenes, todos, los americanos y los europeos, los raciales pero más importantemente los culturales. Lucharon también desde distintas posiciones ideológicas; Prieto desde las ideas entonces más modernas de libertad y desarrollo humano.

 

El humanismo estaba aún a pocas décadas de ser pilar de las bases constitucionales de los entonces más avanzados, como Francia y Estados Unidos. Guillermo Prieto el legislador, el funcionario público, el miembro de varios gabinetes presidenciales, el crítico, el exiliado político, defendió las posturas liberales y compartió los principios de igualdad y de Derechos Humanos, otro concepto nuevo para la época, plasmados finalmente en las Constituciones de 1857 a la fecha. Humanista es de hecho, como desde 1994 hemos definido a la ahora Universidad Xilotzingo, que ha pretendido formar profesionistas capaces de ejercer con conocimiento pero también con conciencia humanista. Humanista excepcional fue Guillermo Prieto, quien no sólo dedicó su vida al ejercicio profesional público y político, sino también a la docencia y a la producción académica (Diccionarios, textos de historia, etc.), y además se dió a conocer como pluma periodística en distintos medios masivos de su tiempo y por si fuera poco, su producción literaria es valorada entre las más importantes del siglo. Político y poeta, la combinación perfecta para definir a un verdadero humanista, a un ser humano completo.

 

Sergio Berlioz es uno de los humanistas más importantes de México. Es para llenarnos de esperanza ver cómo la sociedad poblana se percata de la relevancia de un personaje que por más de dos décadas ha hecho de Puebla y su vida cultural un lugar mejor. Recibir la Cédula Real de la creación de la Ciudad de Puebla es justo y acertado, por lo que ya le ha dado a Puebla y por lo que aún esperamos de él. Como ejemplo, su monumental Quinta Sinfonía inspirada en la Batalla del 5 de mayo de 1862, en cuanto a creación musical se refiere, porque en la cotidianidad, prácticamente no hay lunes en que el Maestro Berlioz no venga a Puebla a compartir sus experiencias en una actividad docente de niveles extraordinarios. Y la composición, así como la Dirección Orquestral son sólo sus más recientes actividades, las más relevantes sí, pero en Xilotzingo y otras universidades como la Universidad de las Américas-Puebla, no olvidamos la base de su trabajo de difusión cultural.

 

La apreciación del arte y su vinculación con la vida social y política de los pueblos ha influido gracias a su docencia, contada ahora ya en miles de trabajos presentados en diversos países, y desde luego, tantos y tantos lunes en Puebla, en muchos de los que ahora festejamos sus cincuenta años de vida. Músico, Docente, Periodista (es difícil no destacar en su curriculum un Premio Nacional de Periodismo por un trabajo que no tiene relación directa con la música, muestra del éxito con que Sergio Berlioz logra sus empresas), Director de Orquesta y Compositor. Un humanista sin duda, una persona merecedora de la medalla Guillermo Prieto que la Universidad Xilotzingo le otorga con admiración y cariño.

 

Las Universidades tienen la obligación de ser espacios de desarrollo humano donde los ciudadanos se formen y donde se discutan los derechos y las obligaciones de los individuos, partiendo del supuesto de que todos nacen libres y tienen el derecho a permanecer así para alcanzar los más altos y sublimes anhelos. En la Universidad Xilotzingo respetamos en el más amplio sentido a todos los que la integramos, a los nuevos alumnos y profesores que cada año se incorporan y a los que egresan llevándose el ejemplo de una organización donde las normas son las necesarias para el aseguramiento de la formación académica mínima de cada nuevo profesionistas, pero donde el ambiente de libertad permite que cada individuo durante los años universitarios defina e integre también sus valores más personales a los conocimientos adquiridos. Educamos y formamos con valores definidos en nuestra filosofía, siendo Excelencia, Justicia, Equidad y Libertad los valores rectorales de la institución.

 

En pocas obras artísticas, de dimensiones monumentales como la Novena Sinfonía de Beethoven se integra tan bien la emotividad de los ideales humanistas primordiales con la ejecución virtuosa en cada interpretación, la belleza y el fondo, la razón como competencia humana llevada al extremo sublime de la creación estética. La cereza de este pastel, proyecto concebido como homenaje al Mtro. Berlioz, es sin duda la participación entusiasta del Mtro. Jorge Altieri y uno de los Coros más importantes de México. La tercera década inicia muy bien para la Universidad Xilotzingo, cumpliendo con la sociedad a la que pertenece y se debe, reconociendo a quienes más merecen ser reconocidos. ¿En dónde si no en una Universidad?

Mario Ernesto Mundo Hernández, junio de 2013, para el Concierto de la Orquesta Sinfónica y Coro del Conservatorio de Puebla, dirigidos por el Mtro. Sergio Berlioz.

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